No importa el tamaño de la organización, la inversión en ciberseguridad debe ser prioridad y estas son las razones.

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En materia de tecnologías de información, lo que se gaste en ciberseguridad no debe ser visto como gasto sino como inversión a lo interno de la empresa.

Además, esta materia no debe ser una preocupación solamente para empresas grandes, pues el riesgo de pérdidas económicas es muy grande. Se requiere tener equipos especializados y tecnologías que muchas veces son muy caras.  

Según señala un estudio de Clark School de la Universidad de Maryland, cada 39 hay un ataque en materia de ciberseguridad en el mundo.

Además, un estudio reciente realizado por Microsoft sobre el impacto de la pandemia de Covid-19 en las Pymes demuestra que a nivel de Centroamérica, el 78% de las empresas aseguraron que la ciberseguridad es una prioridad en sus empresas y 6 de cada 10 compañías tienen políticas y tecnologías de ciberseguridad.

Jimena Monge, directora de Seguridad Digital de Microsoft para Latinoamérica señala lo siguiente:

“Uno de los ataques de mayor crecimiento es el realizado por correo electrónico malicioso o phishing, que ha mostrado un crecimiento del 300% en el último año según un estudio interno de Microsoft. En este tipo de ataque, la meta del criminal es conseguir tantos objetivos como sea posible, no necesariamente los grandes objetivos, sino los más susceptibles”.

Al igual que sucede con la delincuencia convencional, el ciberdelincuente ataca al que está menos preparado. Ellos aprovechan las oportunidades y por eso, empresas de todo tamaño, incluso Pymes deben invertir en ciberseguridad:

Al respecto Ineke Geesink, directora de Pequeñas y Medianas Empresas para Microsoft en la región indicó:

"Las pequeñas empresas suelen tener la percepción de que no serán víctimas. Pero ellas también tuvieron que transformarse y no necesariamente todas tenían las mejores prácticas y políticas de seguridad para esta nueva realidad".

La inversión en ciberseguridad no debe ser emocional o reactiva a un ataque sufrido o que le haya pasado a un negocio competidor o socio. Esto puede generar una falsa sensación de bienestar con gastos innecesarios. Es recomendable una inversión bien pensada, escalable y bien asesorada.

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