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Siga los siguientes consejos al momento de cambiar contraseñas para proteger sus cuentas


La firma de ciberseguridad ESET dió a conocer por qué es fundamental saber cada cuánto cambiar contraseñas, y por qué es importante hacerlo, así como otros consejos como:

  • Contraseñas robustas, únicas y que contenga números, mayúsculas y minúsculas.
  • Cambiarlas o actualizarlas periódicamente.

Cada 1ro de Febrero se celebra en Estados Unidos el “Change Your Password Day”, con el objetivo de visibilizar y concientizar sobre este hábito que es fundamental.

“Que esa puerta tenga una llave robusta, fuerte y única para cada caso, representa un hábito tan saludable como aconsejable para estos tiempos que corren en los que la mayoría de nuestras actividades transcurren online. Cambiar estas contraseñas periódicamente, es necesario, sobre todo si tenemos una contraseña simple, de no más de 7 caracteres que, para darnos una idea, puede ser vulnerada por un cibercriminal en dos segundos. Sí, dos segundos. Actualizarla periódicamente debe ser una de nuestras prioridades.”, comenta Camilo Gutiérrez Amaya, Jefe del Laboratorio de Investigación de ESET Latinoamérica.

“Si la contraseña es de 10 caracteres y solo usa letras mayúsculas y minúsculas, debería cambiarse cada mes, ya que es el tiempo estimado en que podría vulnerarse. Si se le agrega números, podría cambiarse cada seis meses y si además tiene símbolos, podría actualizarse anualmente; siempre dependiendo del tipo de contraseña, la clave del banco que es más corta, por ejemplo, debe cambiarse más seguido”, agrega el investigador de ESET.

ESET comparte un instructivo de cómo puede armarse una contraseña robusta y segura para tener medidas de ciberseguridad altas a nivel personal.

Más allá de incorporar el hábito de actualizar periódicamente las contraseñas, existen otras prácticas de salud en tecnologías de información muy importantes para tener en cuenta a la hora de proteger los datos personales y dinero del cibercrimen:

  • Una contraseña fuerte es aquella que incluye una extensión considerable, y además posee símbolos, mayúsculas, minúsculas y números. Básicamente, cuando no es “123456”, “password”, ni ninguna que figure en el listado de las contraseñas más utilizadas que se comparte cada año.
  • Almacenar las contraseñas en un lugar seguro, y tener bien en claro en dónde no deben guardarse: escribirlas en papel o notas adhesivas, o bien tenerlas guardadas en hojas de cálculo o documentos de texto en nuestro dispositivo, no es seguro. Tampoco lo es tenerlas almacenadas en los navegadores.
  • Lo correcto es valerse de un administrador de contraseñas, para el cual solo se debe tener una contraseña maestra, y el resto estará protegido dentro del gestor.
  • El último gran aliado es el 2FA o doble factor de autenticación, que supondrá una capa de seguridad.
  • Adicional contra distintos tipos de ataques que buscan vulnerar credenciales de inicio de sesión. Dicho de otra manera: el 2FA dificultará que terceros puedan acceder a nuestras cuentas en caso de que hayan obtenido alguna contraseña. Este factor puede ser algo que la persona sabe (como una contraseña), algo que tiene (como un teléfono, un token) o una característica de quién es (huellas dactilares, iris, etc.).

Si desea profundizar sobre estos temas, puede indigar entre nuestros servicios